lituma , musica , sociedad Sábado, 24 noviembre 2018

Conversamos con el director de Cuero Negro, el fanzine del metal que hoy cumple 30 años

Título original: 30 años de Cuero Negro

En Lima de 1989, punks y metaleros se agredían mutuamente y Giuseppe Risica, director del fanzine Cuero Negro, por medio de editoriales y notas sobre bandas, gráficos y cómics, entrevistas y reflexiones acerca del movimiento contra lo establecido, plasmaba varias ideas y alternativas de convivencia.

Imagen: Giuseppe Risica

Imagen: Giuseppe Risica

Hoy, su fanzine Cuero Negro celebra 30 años y ha convocado a un concierto con distintas bandas nacionales y extranjeras. Las puertas estarán abiertas desde las 6.00 pm con feria de sellos, distribuidores y fanzines. Y la entrada costará 10 soles y menores de 25 años entrarán completamente gratis. Conversamos con él sobre su fanzine. 

Imagen: Giuseppe Risica

Imagen: Giuseppe Risica

— Seguí desde el inicio a Cuero Negro y el fanzine, desde 1989, ayudó a no deplorar otros gustos musicales. ¿Qué te motivó a romper, a ampliar las fronteras del thrash metal?

— Bueno, la idea era difundir la música que nos gustaba, dentro del rango del metal, primero, y luego ampliando al hardcore y el punk. El punto era que dentro de nuestros parámetros la música tenía las mismas connotaciones rebeldes en cada uno de esos estilos, si bien la forma de expresarla no era igual.

— ¿Y por esa rebeldía hubo grupos con los que Cuero Negro sentía más afinidad? ¿Digamos el grupo Anti de Miguel Det?

— No necesariamente. A nosotros nos pidió Miguel Det que nos uniéramos a la Asociación de Fanzines Alternativos (AFA), incluso tuvimos una reunión con todos los fanzines en mi casa, pero no nos convencía la idea de dogmatizar y estandarizar las publicaciones. El dogmatismo siempre ha sido enemigo de la libertad de expresión.

— ¿Y hubo rencillas con el fanzine Termonuclear?

— No, para nada. Con Nico Vidal y hasta con Miguel Det teníamos puntos en común y discrepancias. Eso no creaba, al menos para mí, rencillas. Jamás me he molestado por pensamientos diferentes a los míos.

— ¿Contra qué se rebelaba Cuero Negro? ¿Hoy mantiene las mismas ideas que en 1989?

— Siempre nos rebelamos y nos rebelaremos con las «modas» impuestas por las multinacionales, actualmente el 70% de la música la manejan cinco compañías que intentan desaparecer el rock porque es muy complejo manejar a sus fans. Pero no se dan cuenta de que el rock fue y es un movimiento underground que no pueden ni podrán manejar. A veces crean ídolos que se ponen de «moda», pero eso pasa. La música es el arte de combinar los sonidos en el tiempo, si no tiene arte no es música. Tenemos las mismas ideas pero las hemos madurado, no nos creemos dueños de la verdad. Siempre dispuestos a aprender, siempre apoyando a bandas que no reciben la difusión que merecen. 

Imagen: Giuseppe Risica

Imagen: Giuseppe Risica

— Te conocí en «Disco Tienda» y me entregaste el Cuero Negro número 6 y me dijiste: «Para que dejes de leer Escuela Nueva». ¿Qué recuerdas con nostalgia de los finales de los años 80 sobre la escena subtemetalera?

— Recuerdo esa capacidad de asombro frente a un disco nuevo, a una banda nueva. Hay tanto en la red que la mayoría no se da el trabajo de disfrutar un disco entero, el trabajo de un artista plasmado en su obra. Ahora eso se ha perdido. Muchos no escuchan más que un minuto de cada tema.

— ¿Creen que los contornos escondidos de la cultura subterránea, de esa cultura de difícil acceso ha muerto?

— No creo que muerto, pero si apagado bastante. La crítica y la rebeldía se están reduciendo a los opinólogos de Facebook. Hay una apatía y un desgano fuerte, no hay mucha gente nueva interesada en difundir nueva cultura subterránea. Solo hay los viejos que viven de lo que hicieron 20 años atrás y los jóvenes que los admiran. Los que hacemos y seguimos explorando y apostando por cosas nuevas, nos siguen recordando por lo antiguo.

— ¿Dirías que ha resucitado la polémica entre los subterráneos del centro de Lima y los pitucos de Barranco?

— No, para nada. Las visión de los 80 sobre pituco y misio ha cambiado por completo. Lo que veo es un asunto aspiracional muy marcado, la gente de pocos recursos aspira a ser como los que tienen. Antes esa aspiración estaba acompañada de resentimiento, ahora es una envidia más latente.

— ¿Qué envidian?

— La fama, los contactos, el círculo en el que se mueven, el dinero obviamente.

— En un número de Cuero Negro hubo una entrevista a Hadez. ¿La fricción con el grupo era por el machismo de sus letras?

— A mí me causaba gracia algunos comentarios, no solo de Hadez sino de varios grupos. El machismo es parte de un concepto que mezcla «tradición», estereotipos e ignorancia. Es muy común que la gente tenga conceptos errados basados a esas tres premisas.

— ¿En la esencia del Black Metal hay machismo?

— No, para nada. No está dentro de la filosofía Black, es más dentro del pensamiento de Anton Szandor LaVey (fundador de la Iglesia de Satán y también por ser proclamado como el Papa Negro). El machismo es una concepción judeo-cristiana, para nada compartido con satanistas. Más he visto en el death metal, norteamericano el machismo, el death metal en EEUU proviene de estratos socio-económicos medio de zonas como Texas y Mississippi, hijos de granjeros por lo general.

— Dentro de las cosas que llamaron la atención sobre Cuero Negro, es que tú apostabas por una comunicación clara y crítica del orden establecido.

— Es que el orden establecido propone cuadricular y estandarizar a las personas, pero cada uno de nosotros es un universo.

—  ¿Alguna vez Cuero Negro tuvo problemas con la Policía?

— ¿Con la Policía? No, nunca. Yo tuve algunos problemas porque a los 18 era omiso al servicio militar, por ambulante y por pelucón. Pero por Cuero Negro no.

Imagen: Giuseppe Risica

Imagen: Giuseppe Risica

— ¿En el Perú cuál es una de las bandas con una dimensión artística que pueda superar la barrera del tiempo?

— A mi me gusta mucho los Saicos, Frágil y Mazo. Los tres tienen ese ingrediente que mencionas.

— Este año el Souh of heaven de Slayer cumple también 30 años. ¿Qué emociones vinculas a ese álbum?

— Cada vez que mencionan ese disco me acuerdo de las pirámides de Egipto (por un video del grupo). Yo crecí con Slayer, pero el disco que me marco fue el Reign in Blood. Es un disco de menos de media hora que debo haber escuchado unas mil veces.

— ¿Por qué el metal peruano no logró alcanzar el nivel de Sepultura o Rata Blanca? ¿Por falta de profesionalismo? ¿Problemas económicos? ¿Ausencia de disqueras?

— Porque no se arriesgaron, somos muy pacatos, mojigatos y temerosos, sé que hubo bandas que recibieron propuestas muy similares de disqueras de afuera, pero se autoboicotearon. Es el «miedo al éxito» que le ocurre a muchos en nuestro país.

— Para ir cerrando, ¿continúa versión impresa de Cuero Negro?

— Por ahora están el blog, los discos compilados y los conciertos. El último número impreso salió el 2012, pero puede haber sorpresas.

— ¿Cómo invitarías a las nuevas generaciones a acercarse al mundo del rock subterráneo, alternativo, al metal? ¿O es un recorrido personal?

— Siempre es un recorrido personal, pero eso lleva de una forma u otra a unirnos, a crear vínculos. Yo creo que las nuevas generaciones se van a interesar si existen medios como Útero que ayuden a difundir la música contracultural que siempre ha existido y va a seguir. Las nuevas generaciones descubrirán su propio lenguaje y forma de manifestarse.

— Giuseppe, ¿quieres añadir alguna otra idea?

— Que la gente trate de preocuparse por escuchar mejor en vez de cantidad.